sábado, 17 de octubre de 2009

A PIE DESCALZOS, VAMOS


Todas aquellas personas que alguna vez nos hemos topado con la vida y obra de San Francisco de Asís podemos decir con toda seguridad y sin temor a equivocarnos que se trata de un santo con letras mayúsculas. Francisco es conocido en la Iglesia como el santo de la naturaleza, razón por la cual resulta siendo muy actual, en virtud de la creciente preocupación por el medio ambiente. Hay otros elementos que también lo definen, algunos de los cuales comparte con otros santos, a saber, la castidad y la obediencia. Sin embargo, aquello que lo distinguió históricamente y en su relación con Dios es su profundo amor a la pobreza. Francisco de Asís decidió abrazarla con todo el corazón debido a que sabía que a través de ella se hacía ligero: nada lo ataba, nada lo sometía, no poseía nada. Este hecho en su vida resulta también muy actual, y tiene mucho que decirnos en un mundo como el de hoy que nos habla de comprar y vender, de tener y ganar, de poseer más y más, un mundo que nos habla de consumir hasta hartarnos. El encuentro de Francisco con la que él mismo llamó, la hermana pobreza es un hecho conmovedor. Todos los que sabemos o hemos leído alguna vez su biografìa, podemos dar fe de ello.
Es por esto mismo, que una historia de teatro como la de A pie descalzos, vamos tendría que estar a altura de una gran vida como esta. Veamos...

En efecto, la obra se encuentra muy bien lograda a nivel musical. Los arreglos son encantadores y la preparación vocal es de carácter superior. Sin embargo, la obra adolece de un problema: no va hacia ningun lado. A la tercera canción nos seguimos preguntando qué es lo que quiere Francisco, cuando llegamos a la quinta, ya nos parece que sabemos, pero una vez más se nos escapa de las manos. La obra retrata momentos de la vida franciscana, por ello mismo se torna episódica, es decir, es solo una narración de evento tras evento, cada uno de los cuales no es generado por el anterior, ni menos generador del siguiente. La razón de ello es muy sencilla y es que la vida de una persona no tiene acción dramática, y evidentemente la vida de Francisco tampoco, o en todo caso, es una acción dramática demasiado débil. Llegar a ser pobre es algo que no podemos verificar, o en todo caso. verificamos casi al instante, luego de lo cual no hay nada más por perseguir. Ahora bien, estas percepciones son de caracter estrictamente dramático. A nivel personal, Francisco sí quiso lograr cosas en su vida, pero la obra no aprovecha del todo la riqueza de su vida interior, ni estas búsquedas franciscanas para, tomando un elemento, trabajarlo a fondo.
A pesar de ello, la obra resulta atractiva a nivel musical, y las actuaciones de Haydee Cáceres y Gianfranco Brero son muy buenas. Las coreografías están, además, muy bien logradas.

No desanconsejo en absoluto ver la obra. Por el contrario, los animo a no perdérsela en las últimas funciones que quedan. Hacerlo les permitirá conocer la vida de este gran santo y profundizar en su espiritualidad. Por otro lado, varias de las canciones les tocarán el alma, finamente el teatro tambien trata de eso: tocar profundamente el corazón.
Aquí un enlace a un video sobre la obra:

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusto mucho。。。。。。。。。。。
Besitos
Mari
Y hay que seguir trabajando dia a dia en nuestra mision cristiana

Anónimo dijo...

Amo a Francisco de Asis, mencionarlo me estremece mucho. me emociona, me conmueve.
Francisco es el amor personalizado.


Alis

Rulos dijo...

Querida Mary, la misión es una cuestión que se trabaja instante a instante. Trabajemos juntos...

Rulos dijo...

El amor que tenía Francisco dentro de sí era pleno, desinteresado, libre, dueño de sí, generoso, tierno, fuerte, intenso, aunténtico, puro e irónicamente ... rico.
Es una delicia conocer su vida, empaparse de ella y dejarse seducir por la dulzura de ese amor.
Gracias por comentar, mi querida Alis.